miércoles, 1 de agosto de 2012

EL ALMA CONVEXA


Los acasos, el por qué de las preguntas.
Y las respuestas que desertan.
El albor tras la sombra umbrosa,
la noche enterrada en  esperas que demoran.
Del alma, su arista gibosa, por cuyo lecho abultado
resbala una  imagen que a cada instante retoña.

Y esta piel, que acostumbrada abre sus ojos
a frágiles reclamos de signos ilusorios
y yerra indagando la huella de manos
que no existieron. Que no tocaron.
Viejo y cansado retrato de labios ajados
que en vano suplican agua que estaña sus simas.

 Veo un espectro agrietado, seccionado, que
persigue  soldar sus cascajos desaguados,
consciente de que los fragmentos adheridos
de una instantánea deshecha
nunca le devolverán su imagen primera.

Juana Fuentes ©