viernes, 7 de junio de 2013

Los viernes

Hoy he visto cómo una paloma
mostraba a su retoño el secreto
de un vuelo silencioso, y lo guiaba.
Le enseñará a no llamar  amor
a cualquier llamarada instantánea
que le remueva, por un segundo,
el vientre, o le anochezca sus ojos
de pez entrometido e insensato.

Son días oportunos, los viernes,
para escribir. Qué días tan aptos
para que uno logre comprender
que los recuerdos suelen quebrarse,
que se mudan apenadas sombras
con el paso de las estaciones.
Porque hace ya tanto tiempo, tanto
_ aunque parece que hablo de ayer_,
que fui aquel hálito transparente
que casi  pudiste llamar amor.

No sé qué mueca habré de inventar
tras admitir que fui cristalina
a tus ojos, como el vuelo estéril
de una paloma huérfana, obstinada
en construir su nido en los vulgares
despojos de un tejado cualquiera.

© Juana Fuentes 



No hay comentarios:

Publicar un comentario